domingo, 27 de septiembre de 2009

Entre el relax

Mi bello se levanta al notar que mis pies entran en contacto con un lago de agua caliente. Sin darse cuenta el se encuentra dentro de la bañera de agua, que por consiguiente se ha llenado, gracias a mi volumen corporal, 4 ó 5 centímetros más. En el instante intento recordar la ultima vez que me di el gusto de sumergirme en una relajante media hora de placer sin estorbos. Aunque antes de entrar en ella me he tenido que pelear un par de veces con el viejo calentador que reside en mi cocina, no estoy enfadada, todo lo contrario, estoy muy relajada. Cierro los ojos y me sumerjo dentro de ese líquido transparente que rodea mi cuerpo, y sin querer mi cabeza se va.
Yo estaba en mi propia salsa, relajada, sin problemas o en ese momento no me acordaba de ellos. Estaba encerrada entre la pared y la cortina de la bañera. Pero en el mundo había más personas y empecé a pensar que es lo que ellas estarían haciendo en ese momento.
Seguramente habría gente que se estarían relajando como ella. Otros humanos estarían trabajando estregadamente para poderse destacar, también habría los que estarían en el paro, sentados en sus magníficos sofás. Seguramente también están los que se divertirían engañando a su supuesto amor. Muchos amantes que han encontrado otra mujer el rumbo. En el momento me entra una gran tristeza, solamente al pensar que mi amante estaría entre ellos. Pero conservo la fe en él. Habría los recién casados que seguramente estarían pasando la luna de miel en un hotel de dos estrellas.
Me fascina la gente que hay en el mundo y lo que pueden estar haciendo simultáneamente a lo que hago yo. El agua ya se está templando y lentamente se enfría. Me levanto y abro el teléfono para darme la ultima remojada.¡Maldito calentador, el jodido ya me ha hecho volver a la realidad! Mientras su agua fría me moja el cuerpo voy olvidando todo lo que he pensado.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Benedetti siempre





Un lunes oscureció,

y tu alma descansó.

El sol fue tapado por las nubes,

pero la luna no salió, no acudió.

El oscuro duelo se instaló en mi corazón,

y tu recuerdo en mi mente,

me hacía perder la razón.

Pero aún estoy consciente,

aunque tu pluma ya no puede soñar,

mi alma con tus versos aún puedes estampar.

Tu tierra, tus sueños, tu cantar...

Fuente de inspiración,

fuiste para mí un patrón.

Benedetti, te marchaste,

pero yo prometo amarte.

Seguire amándote eternamente,

y tus versos seguirán en mí mente.

Sin que los fantasmas de Machado me estorben,

seguiré mi camino, de letras y rimas que entonen.